Habitualmente, las narraciones siguen un orden cronológico, es decir, comienzan por el suceso (o poco antes del suceso) que pone en marcha la historia. De este modo, se hace coincidir el tiempo de:
- la historia (el conjunto de hechos narrativos que se cuentan);
- el tiempo del discurso (los mismos hechos, en el orden en que el autor los da a conocer).
Sin embargo, en ocasiones una composición de este tipo resulta poco dramática y, por lo tanto, poco idónea para enganchar al público, o bien, aunque tiene fuerza, el escritor prefiere comenzar avanzada la fábula, para luego contar qué pasó antes utilizando flashbacks. Cuando un relato adopta esta segunda forma de estructura, se dice que la historia arranca ya comenzada o in medias res, término latino que Horacio emplea en el Arte Poética para definir esta forma de composición del relato.
El director de cine Martin Scorcese ha utilizado este recurso narrativo en varias de sus películas. En Uno de los nuestros (1990), aunque cronológicamente cuenta incluso la infancia del protagonista, comienza con la escena que muchos años después provocará la caída de este. Y en Casino (1995), abre la película con otro hecho clave de la historia, pero que está situado in medias res.
En literatura, ya en la Antigüedad grecolatina podemos encontrar ejemplos del recurso. Los primeros cantos de la Odisea presentan a Penélope, la esposa de Ulises (el protagonista de la obra), afrontando la ausencia de su marido y resistiendo a sus pretendientes. Ulises, al llegar a la corte, comienza a relatar a sus anfitriones los últimos diez años de penuria que ha pasado intentando volver a Ítaca después del fin de la guerra de Troya.
La primera obra narrativa extensa que se conserva de la literatura castellana, el Cantar de Mio Cid, también empieza in medias res, con el destierro del Cid tras haber sido injustamente acusado de robo.
Los ojos de Mío Cid mucho llanto van llorando;
hacia atrás vuelve la vista y se quedaba mirándolos.
Vio como estaban las puertas abiertas y sin candados,
vacías quedan las perchas ni con pieles ni con mantos,
sin halcones de cazar y sin azores mudados.
Y habló, como siempre habla, tan justo, tan mesurado:
"¡Bendito seas, Dios mío, Padre que estás en lo alto!
Contra mí tramaron esto mis enemigos malvados".
[...]
Ya por la ciudad de Burgos el Cid Ruy Díaz entró.
Todos salían a verle, niño, mujer y varón,
a las ventanas de Burgos mucha gente se asomó.
¡Cuántos ojos que lloraban de grande que era el dolor!
Y de los labios de todos sale la misma razón:
"¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor!".
Actividad 1
El siguiente texto no se ajusta al orden cronológico, que ha sido modificado en el discurso narrativo:
―No deben impresionarte estas cosas, muchacho. Esto suele ocurrir.
El muchacho no podía arrancar los ojos del caballo muerto. El caballo había muerto de repente, mientras marchaban por el camino. El chico se hizo daño al caer. Fue curiosa la caída. El animal había encorvado los lomos como un gato y se había ido al suelo. Al caer, el chico se había cortado en el brazo con una piedra. La herida sangraba. Y, sin embargo, lo único que le dolía era el espectáculo del caballo retorcido en el suelo.
Jorge Ferrer Vidal, Los caballos
Ordenad cronológicamente las acciones que se narran, que, en el orden que presenta el texto, son las siguientes:
a) Un personaje aconseja o consuela a un muchacho.
b) El muchacho no puede dejar de mirar al caballo muerto.
c) El caballo murió de repente.
d) El chico se lastimó al caer.
e) El caballo se encorvó y cayó.
f) El niño se cortó.
g) Comenzó a sangrar.
h) Al muchacho le duele ver el caballo muerto.
Actividad 2
En parejas, pensad un cuento de unas 15 líneas que empiece in medias res. Para ello, elegid una de estas tres opciones:
- Un atraco frustrado a un banco: los cinco atracadores entran huyendo en sus coches; a uno de ellos le ha disparado la policía y se está desangrando.
- Un destierro actual, con flashbacks al pasado previo al destierro del protagonista.
- Una historia de amor, narrada desde el momento de la ruptura.
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