¿A que os suena la imagen de la ciudad de Londres envuelta por la niebla, con sus calles llenas de oscuridad y en un ambiente que invita al misterio? Seguro que lo habréis visto en alguna película o serie televisiva que pase en esa ciudad. Pues bien, en Londres, aunque a veces hay niebla, no es tan habitual como nos lo hacen creer las películas y la tele. Y, de hecho, esta imagen la creó Charles Dickens en sus novelas, la mayoría de las cuales pasan en Londres, un Londres que se suele describir cubierto de una espesa niebla, de una forma exactamente igual a como luego sale en las películas. A veces, ideas o imágenes que creemos reales como la vida misma están directamente influidas por la creación de algún artista importante, y este es uno de esos casos. Fijaos, por ejemplo, en este fragmento de una novela de Dickens, NUESTRO COMÚN AMIGO, en el que precisamente el inicio de una mañana en Londres:
"Empezaba a divisarse, bajo la luz del alba, la esclusa de Plashwater. Todavía eran visibles las estrellas, pero hacia levante había una pálida claridad que no pertenecía a la noche. La luna se había ocultado. A través de la neblina que cubría el Támesis, el agua y los árboles, apenas perceptibles, parecían pertenecer al mundo de los fantasmas. Todo el paisaje tenía una vaguedad espectral y la primera luz de la mañana podía compararse a la vidriosa mirada de los muertos."
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