viernes, 22 de octubre de 2010

4º ESO: LA NOVELA REALISTA

En la segunda mitad del siglo XIX, el público lector empieza ya a consumir la novela como forma de entretenimiento por excelencia, junto con el teatro. Este consumo creciente de la novela hace que el público no sólo se convierta en el juez principal de la obra (ya que la compra o no, determinando su éxito o su fracaso en el mercado), sino también en la materia de la que trata la obra realista, que buscará representar la sociedad del momento. Este público de la novela pertenecía mayoritariamente a la burguesía, que cada vez adquiría un mayor poder económico y político gracias a la extensión del sistema capitalista en toda Europa, hasta el punto de consolidarse como la clase social dominante de la época.

Frente a la literatura romántica, que buscaba representar la vida espiritual, y sobre todo las emociones y los sentimientos del individuo romántico, la novela realista busca narrar de forma minuciosa la realidad social de la época y se basa en la observación de la realidad. Frente al romanticismo, que idealizaba la realidad y se evadía a tiempos pasados, exóticos o fantásticos, la novela realista representa hechos cotidianos y hasta vulgares: tanto el mundo del trabajo y el de la política como el de la familia, prestando especial atención a las relaciones amorosas extramatrimoniales como centro del conflicto de esas obras. A consecuencia de esto último, surge, dentro de la novela realista, un grupo de obras destacado que se conoce como novela de adulterio, la primera de las cuales (y la que servirá de modelo de las demás) es Madame Bovary.

La novela realista tiene como objetivo principal la búsqueda de la objetividad en el retrato de la realidad. Para conseguir este objetivo, utiliza el recurso de la descripción, tanto del mundo social (ambientes, costumbres, etc.) como del mundo psicológico (forma de ser de los personajes, sus pensamientos, sus deseos).
Sin embargo, no sólo se busca retratar fielmente la realidad. sino que también hay una intención de crítica social por parte del autor. El escritor realista, a la vez que refleja cómo es la sociedad en la que vive, la analiza críticamente, permitiendo que el lector deduzca su punto de vista sobre ella o incluso, a veces, opinando claramente sobre algún aspecto de dicha sociedad o alguno de sus personajes. Se suelen denunciar las desigualdades sociales y la moral burguesa, que se juzga como fundamentalmente hipócrita, ya que, por ejemplo, condena el adulterio pero encierra a las mujeres en casa sin permitirles acceder a la vida pública (política, trabajo, etc.). Muchos autores realistas como Galdós o Flaubert muestran de forma más o menos clara su desencanto ante la burguesía, que al principio parecía que traería una serie de libertades sociales y políticas, y que ya en la segunda mitad del siglo XIX ponía por delante de todo esto sus intereses económicos, sin reconocer los derechos de los trabajadores.
 Los elementos de la narración realista son los siguientes:
- NARRADOR: casi siempre se trata de un narrador externo en tercera persona, omnisciente, ya que no sólo narra lo que los personajes hacen y dicen, sino que lo sabe todo sobre éstos: también nos narra sus pensamientos, sus deseos, a veces incluso sus sueños. Muestra un conocimiento absoluto sobre todos sus personajes y sobre todos los elementos de la historia que nos cuenta.
- ARGUMENTO Y TEMA: se tratan temas propios de la realidad social de la época. Aparece el tema político, reflejando muchas veces el conflicto entre la aristicracia y la burguesía. También aparece el tema del comercio y los conflictos laborales entre burguesía y proletariado, a causa de las desigualdades sociales generadas por el sistema capitalista. Como hemos dicho más arriba, en el tema privado y familiar destaca el tratamiento del adulterio, normalmente femenino.
- ESPACIO: la acción transcurre en espacios de la realidad del momento, descrita con todo detalle. La mayoría de novelas realistas sitúan la acción es espacios urbanos, ya sea en la gran ciudad (Pérez Galdós sitúa muchas de sus novelas en Madrid; Charles Dickens, en Londres) o en pequeñas ciudades de provincias (como sucede en Madame Bovary o en La Regenta).
- TIEMPO: la novela realista sitúa su trama en la época moderna, normalmente contemporánea del autor (segunda mitad del siglo XIX) o, como mucho, algo anterior al autor. Se abandona el gusto romántico por hablar de países lejanos en el tiempo o el espacio.
- PERSONAJES: cobra especial importancia la caracterización psicológica de los personajes. Éstos aparecen descritos con todo detalle: su vestimenta, su forma de ser, sus pensamientos y aspiraciones. La forma de hablar de cada personajes se cuida también mucho, ya que sirve para reflejar la clase social a la que dicho personaje pertenece (en la novela realista, no hablan igual los burgueses que los obreros).


 

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