El año pasado, en el instituto donde un servidor impartía clases, los de Castellano escogimos a 9 alumnos de 2º de ESO para que participaran en un concurso de relatos breves organizados en toda Catalunya por la Coca-Cola. Y, para nuestro orgullo, de los creo recordar que siete u ocho primeros premios (de un total de cientos de participantes), dos fueron para dos alumnas nuestras. Aquí os dejo dos cuentos de miedo de una de ellas, MARIA SERRAT. Ya que muchos me habéis enviado vuestros propios cuentos de miedo, aquí tenéis los de una alumna de otro instituto. Podéis leerlos y disfrutar de ellos, comparar con los vuestros, quizá pasar un poco de miedo y, sobre todo, espero que animaros a seguir escribiendo vuestros cuentos (como Maria sigue haciendo), vuestras historias, cómics..., todo lo que sea dar rienda suelta a vuestra CREATIVIDAD e IMAGINACIÓN.
Ahí van los dos cuentos:
CUENTO 1: OSCURA PESADILLA
Era una mañana bastante soleada. Iba tranquilamente por la calle. De repente escuché como alguien parecía seguirme, entonces pude sentir como un gran escalofrío recorría mi cuerpo. Notaba como me iba paralizando con cada paso que daba. Tenía mucho miedo pero aun así continué andando.
Entonces pude ver que había una gran puerta abierta y me adentré en ella. Aquel sitio era oscuro y frío. Parecían unas galerías pero no estaba del todo segura. Habían muchas cajas amontonadas, unas encima de las otras. Me entró un poco de curiosidad y cuidadosamente abrí una de ellas. Dentro parecía haber unos frascos con un líquido bastante transparente. Parecían llevar unas etiquetas enganchadas y leí una. Allí ponía “Bálsamo hidratante, te dejará la piel como nueva”. Estaba tan concentrada pensando en donde me hallaba que no me di cuenta de que las puertas parecían cerrarse con un gran chirrido. En ese momento el miedo se apoderó de mi. Estaba allí sola a oscuras y nadie me podía ayudar.
En ese preciso instante pude escuchar un rugido sordo. Procedía del fondo de aquella galería tan terrorífica. En un segundo pude percibir la forma corporal de alguien. Pero ese alguien no podía de ser del todo humano. Su cuerpo era esbelto y escultural. Su rostro era bello y con un esplendor que te dejaba sin aliento. Sus ojos eran hermosos y rojizos pero a la vez te daban aquella sensación de terror y su cara no parecía reflejar ningún sentimiento.
Él pronunció algo en un mormullo pero no lo pude comprender, estaba demasiado asombrada para poder reaccionar o pensar.
Aquel silencio sepulcral de repente desapareció. En un abrir y cerrar de ojos pude ver como se habría un gran agujero negro debajo de nosotros. Aquello era impresionante. Me sentía sorprendida pero a la vez aterrada. Todo lo que me estaba pasando no era normal. Absorta en mis pensamientos no me di cuenta que estaba cayendo en aquella cosa. De repente llegamos a un sitio rocoso. Aquellas rocas eran ardientes como el fuego y aquél lugar desprendía un calor abrasador. Aquel monstruo me había llevado a un sitio extraño para mí y no sabía que hacer. En cuanto a aquella bestia, ya se había movido como si aquel fuese su lugar de origen, en cambio, yo todavía no había podido articular ningún musculo. Continué mirando a mi alrededor. Todo parecía vacio y cada vez tenía más y más calor.
Me volví a fijar en aquella bestia y vi que me estaba mirando fijamente. De repente se giró y vi como se transformaba. Ahora llevaba una capa larga de un rojo muy potente. Su cara había cambiado, tenía una expresión maliciosa y pude ver cómo le sobresalían unos colmillos bien afilados.
Estaba aterrorizada, aquello era el infierno de verdad. Continuaba sin poderme mover de donde estaba. Él se acercaba hacía a mi.
Comencé a correr de una forma torpe. No era muy rápida y aquel sitio parecía un laberinto. Cada vez me costaba más respirar, me estaba quedando sin fuerzas. De golpe me percate de su presencia. Estaba justo a mi lado. Ahora ya estaba perdida y mi muerte estaba asegurada. Él me agarró con fuerza por el brazo y me miró fijamente. Su mirada era penetrante y me estaba quedando sin respiración.
Cuando estaba a punto de desmayarme un rayo de luz muy potente atravesó aquellas paredes rocosas. Algo o alguien me cogió de los hombros y me subió hacia arriba. Al reaccionar vi que estaba otra vez en aquellas galerías tan oscuras. Me dirigí hacía la puerta y en cuanto la empuje se volvieron a abrir con un gran ruido. Mire hacía el horizonte y pude ver el crepúsculo del anochecer. Estaba viva y la pesadilla que había vivido ya se había acabado. Pero todavía quedaba el gran misterio. ¿Quién me había salvado?
CUENTO 2: LA APUESTA
Todo comenzó con una ridícula apuesta que nunca tendría que haber echo. Aposté con un compañero que era capaz de pasar una noche en el bosque de la venganza, pero no yo solo sino con una de mis amigas. Ella aceptó y yo también.
El bosque de la venganza era un bosque cercano al pueblo. Durante muchos años había corrido el rumor de que allí se había derramado mucha sangre, todo por sed de venganza. Todo aquel que había estado allí nunca había vuelto a ser visto.
Nadie sabía que les había pasado a aquellas personas. Todos le habían cogido miedo a aquel lugar y nadie más se había atrevido a ir de noche, menos los más valientes.
Entonces aquella misma noche mi amiga y yo fuimos a aquel bosque. Todo estaba muy oscuro y no se veía casi nada. Nosotros nos escondimos detrás de un pequeño árbol y allí preparamos nuestros sacos de dormir y la hoguera. Se escuchaban ruidos cerca de allí pero hasta el momento ninguno de los dos estaba aterrado. Los dos nos quedamos dormidos, hasta que escuchemos un ruido que nos sobresalto. Aquel ruido era de gritos, de disparos, como de gente huyendo de su asesino. Los dos nos miramos a la cara. Estábamos muy asustados. Y si todos aquellos rumores eran ciertos? Entonces mi amiga comenzó a chillar. Dirigí mi mirada hacia la de ella y vi que delante nuestro había una chica con un vestido blanco manchado de sangre. Ella estaba totalmente pálida y sus ojos estaban en blanco. Me asusté, cogí la mano de mi amiga y comenzamos a correr. Aquello no podía estar pasando. Aquella chica era un fantasma o tan solo una ilusión? Mi amiga estaba aterrada y todo por mi culpa. Los dos estábamos escondidos, en silencio, contemplando por si veíamos algún otro espíritu. Yo me giré un segundo y cuando volví a mirarla ella ya no estaba. Mi mejor amiga había desaparecido pero yo ni siquiera lo había notado. Estaba exhausto y confuso. Nunca había tenido tanto terror como en aquel momento. Corrí sin rumbo para encontrarla pero no había ni rastro de ella.
Seguramente el fantasma de aquella chica se la había llevado. Por un instante pensé que todo aquello debía de ser una pesadilla y que cuando me despertase al día siguiente todo volvería a la normalidad. Me pellizqué y noté el dolor en mi propia piel. Aquello no era una pesadilla, era la cruda realidad. Mi amiga había desaparecido y me quedaba muy poco tiempo hasta el amanecer. Una vez salido el sol no podría hacer nada. Las almas con sed de venganza desaparecerían. Absorto en mis pensamientos no me di cuenta de que alguien decía mi nombre. Siguiendo la voz que me llamaba llegué hasta un claro del bosque. Allí me encontré a aquella chica. En sus brazos llevaba a mi mejor amiga. Ella también dirigió la mirada hacia mi amiga y dijo las siguientes palabras, unas palabras que nunca podré olvidar: -Ya nos hemos vengado de los no muertos. Tu amiga ahora esta con nosotros y lo estará para siempre. Su alama nunca podrá descansar en paz y vagara por los tiempos de los tiempos en este bosque, donde nadie se atreverá a entrar. Aquel que lo haga acabará como ella. Muerta.
Entonces ella extendió su cuerpo en el suelo y desapareció. Intenté correr hacia mi amiga pero el cuerpo no me respondía. Sentía miedo, amor y sobretodo dolor. Como había sido capaz de llevarla allí y dejar que muriera en manos de un fantasma? Cómo?
Me acerqué a su cuerpo inmóvil en el suelo. Estaba tan pálida. Tan solo tenia una apuñalada en el pecho que ya había parado de sangrar. Chillé con todas mis fuerzas. Estaba muerta. Ya no respondía a mi llamada, su corazón había dejado de latir para siempre. Pero de repente delante mio apareció otro espíritu. Era el de ella. Aún muerta estaba hermosa. Llevaba un vestido largo y blanco, aunque manchado de sangre y dejando a la vista su herida. Se acercó a mí y me susurró al odio la siguiente frase: -No te culpes de mi muerte. Tú no me has matado. Ha sido ella. Tenía sed de venganza. No sufras siempre me llevaras en tu corazón. No ha sido una muerte muy dolorosa. Tan solo noté como se me clavaba algo en el pecho y como dejé de ver el mundo. Entonces me desperté y me vi a mi misma. No te culpes. Recuerda que yo siempre te he querido y te querré, así que supongo que esto será una despedida. Adiós.
Antes de irse del todo me dio un beso en la mejilla. Noté su calor y cariño. Pero aun así yo todavía no podía reaccionar. Al primer rayo de luz volví en si y cogí su cuerpo en brazos. Caminé sin rumbo ninguno hasta que vi el pueblo y a allí me quedé.
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