
Se denomina género literario a cada una de las clases en que se dividen los textos literarios, escritos por los autores con una finalidad determinada. Cada género literario comprende, a su vez, otros subgéneros literarios.
Este cuadro representa una escena de la Ilíada,
el poema épico más importante de la literatura europea.
La película Troya, cuyo protagonista era Brad Pitt,
es una versión actual de esa obra clásica.
Cada género tiene sus rasgos característicos:


Entra mayo y sale abril:
¡tan garridico le vi venir!
Entra mayo con sus flores,
sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comiencen a bien servir.

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Libro hermoso,
libro,
mínimo bosque,
hoja
tras hoja,
huele
tu papel
a elemento…


Oh más dura que mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.


Antes de estrellarse contra el suelo, la miró con asombro. Saltaremos juntos -le había asegurado la bella bellísima-. Una. Dos. Y tres. Y él se precipitó. Y la bella bellísima le soltó la mano. Y desde lo alto, asomada bellísima en azul, le juró que le amaría hasta la muerte.



El género épico es otra de las denominaciones del género narrativo. Sin embargo, en un sentido más estricto, se suele hablar de género épico para referirse específicamente a las obras narrativas en verso que durante la Antigüedad clásica y la Edad Media difundían hechos heroicos.

-Cronista:
De los sus ojos tan fuerte mientre llorando,
Tornaba la cabeza e estabalos catando;
Vio puertas abiertas e uzos sin cañados,
Alcandaras vazias sin pieles e sin mantos
Y sin falcones y sin adtores mudados.
Suspiro mio Çid, ca a mucho habia grandes cuidados,
Fablo mio Çid bien y tan mesurado:
-Cid:
Grado a Ti, Señor Padre, que estas en alto.
¡Esto me han vuelto mios enemigos malos!
-Cronista:
Alli piensan de aguijar, alli sueltan las riendas.
A la exida de Bivar hobieron la corneja diestra,
Y entrando a Burgos hobieron la siniestra.
Meçio mio Çid los hombros e engrameo la tiesta.
-Cid:
¡Albriçia, Albar Fañez, ca echados somos de tierra!



Eloísa está debajo de un almendro. Enrique Jardiel Poncela.
EDGARDO. ¿Le molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y un poco desequilibradas?
LEONCIO. Esa clase de personas me encanta, señor. [...]
EDGARDO. ¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO. No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
EDGARDO. ¿Le molestan las personas nerviosas, de genio destemplado y desigual, excitadas y un poco desequilibradas?
LEONCIO. Esa clase de personas me encanta, señor. [...]
EDGARDO. ¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO. No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.

SEMPRONIO. ¿Tú no eres cristiano?
CALISTO. ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo.
SEMPRONIO. Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie cojeas. Yo te sanaré.
CALISTO. Increíbe cosa prometes.
SEMPRONIO. Antes fácil. Que el comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo.
CALISTO. ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo.
SEMPRONIO. Tú te lo dirás. Como Melibea es grande, no cabe en el corazón de mi amo, que por la boca le sale a borbollones. No es más menester. Bien sé de qué pie cojeas. Yo te sanaré.
CALISTO. Increíbe cosa prometes.
SEMPRONIO. Antes fácil. Que el comienzo de la salud es conocer hombre la dolencia del enfermo.

EL PADRE. ¡No!… ¡No!…
(Tampoco se oyen sus crispadas negaciones. En pie y tras su hijo, que sigue profiriendo palabras inaudibles, empuña las tijeras. Sus labios y su cabeza dibujan de nuevo una colérica negativa cuando descarga, con inmensa furia, el primer golpe, y vuelven a negar al segundo, al tercero [...])
VICENTE. ¡Padre!
(Tampoco se oyen sus crispadas negaciones. En pie y tras su hijo, que sigue profiriendo palabras inaudibles, empuña las tijeras. Sus labios y su cabeza dibujan de nuevo una colérica negativa cuando descarga, con inmensa furia, el primer golpe, y vuelven a negar al segundo, al tercero [...])
VICENTE. ¡Padre!

Enlace con actividades on line sobre los géneros literarios:
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